Dieta + Ejercicio
Lo más difícil no es llegar y
mantenerse, lo más difícil es empezar. Existen un sin número de excusas que
podemos decir para no ejercitarnos. Las mías (seguramente las de muchos) eran:
no tengo dinero para el gimnasio, no tengo tiempo, tengo que estudiar y hacer
tareas y no me gusta que me vean hacer ejercicio (y aún sigue sin gustarme),
pero ninguna de todas estas excusas son válidas. Si buscas cambiar tu estilo de
vida no solo necesitas comer bien, necesitas ejercitarte.
El ejercicio físico te ayuda a mantener
la condición física, y contribuye a mantener un peso saludable así como a
prevenir muchos problemas de salud tanto físicos como mentales. Realizar
actividad física moderada con regularidad (150 minutos de ejercicio a la semana
o tres veces por semana) es uno de los factores clave en la mejora de salud.
Según el especialista en Medicina Interna John Duperly «las personas
físicamente activas reducen en un 50 % la incidencia de enfermedades cardiovasculares,
diabetes y tumores relacionados con las hormonas comparadas con las
sedentarias» Según la Organización Munidal de la Salud (OMS) la falta
de actividad física contribuye al 17 % de las enfermedades del corazón y
diabetes, el 12 % de las caídas de los ancianos, y el 10 % de los casos
de cáncer de mama y colon.
Cuando nos ejercitamos nuestro
cerebro se oxigena y permite que nuestras neuronas se conecten de mejor manera,
con lo que nos ayuda a pensar y aprender mejor y nuestro organismo libera
endorfinas, hormonas conocidas como - las hormonas de la felicidad -ya que al
ser liberadas generan en nosotros una sensación de bienestar y armonía que nos
ponen de buen humor.
No necesitas ir a un gimnasio para
ejercitarte, lo puedes hacer en casa y resulta más económico y cómodo pero
necesitas tener disciplina y mucha fuerza de voluntad, una vez que ya tengas
ambas cosas solo necesitas la ropa adecuada y un espacio lo suficientemente
amplio para poder estirarte y realizar todos los ejercicios. Antes de iniciar con los ejercicios
necesita calentar, puedes correr o montar en bici por 10 minutos y una vez
terminado tus calentamientos, estás listo para empezar tu rutina. (Entre cada
ejercicio no debes descansar más de dos minutos)
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Sentadillas (3 series/10 repeticiones):
Ponte de pie con los pies en línea
recta respecto a tus hombros, empieza a bajar tu cadera como si fueras a
sentarte en una silla. Al doblar las rodillas los muslos deben llegar a estar
paralelos al suelo.
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Flexiones (3 series/12 repeticiones):
Apoya las manos separadas del ancho
de los hombros y alineadas con estos. Ahora baja y sube el pecho manteniendo
las piernas estiradas. Puedes “hacer trampa” apoyando las rodillas, pero
procura hacer las flexiones completas en cuanto empieces a mejorar.
Zancadas (2 series/14 repeticiones):
Las zancadas son uno de los
ejercicios más completos y están presentes en todas las rutinas de
entrenamiento. Mantén una posición de semi-cuclillas con tus manos en la
cadera, y adelanta alternativamente una y otra pierna. La pierna adelantada
nunca debe superar el ángulo de 90 grados y el talón de la pierna desplazada no
debe despegarse del suelo. Con el tiempo puedes hacer este ejercicio sujetando
una mancuerna en cada mano.
Fondos de tríceps (3 series/12 repeticiones):
Para este ejercicio se necesita la
ayuda de una silla o un banco. Debes colocar las manos en éste y distanciar los
pies para bajar la cadera flexionando los codos.
Abdominales (2 series/20 repeticiones):
Recuéstate en el suelo boca arriba,
coloca las manos detrás de la cabeza, eleva las rodillas e imita el pedaleo de
una bicicleta. Toca la rodilla izquierda con el codo derecho, y luego la
derecha con el izquierdo.
Una vez que hayas terminado los
ejercicios realiza un ejercicio aeróbico y no olvides estirar para evitar
lesiones.
Existen mil excusas para no
ejercitarte pero existen mil y un
razones para si ejercitarte.
Inspírate y motívate para hacer un
cambio a tu cuerpo
Éxitos.
Éxitos.
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